No soy muy dado a hablar de mi trabajo diario, porque sinceramente mi trabajo en las aulas puede aburrir a más de uno y de una, ya que no es todo tan idílico como en las pelis de profesores y alumnos.
Como ejemplo puedo decir que en estos últimos días he visto más caras de: "te odio por el tiempo que me haces perder con tus rollos sobre el empleo," que caras de: "ahhh qué interesante!".
Es cierto que estamos al inicio y yo soy, como profesor, un corredor de larga distancia.
Pero hoy, quiero compartir algo que me ha pasado esta mañana...
Eran las 11.40 de la mañana he ido a ver el cuadrante de las guardias y me tocaba meterme en una clase de tercero de la ESO. Y ni corto ni perezoso les he escrito en la pizarra...